lunes, noviembre 19, 2007

El pasado 27 de octubre nuestro grupo hizo una visita muy especial, fue la visita al hogar de ancianos. En la ocasión las ramas mostraron algo que le tenían preparado, pero no muy bien ensayado ( “la intención es lo que vale”), para que los abuelitos vivieran unos minutos de felicidad. Además la ruta les preparó unos poemas que se les leyó y entregó a cada uno, compartimos bebidas y queques que llevamos.
La primera impresión fue chocante para la mayoría que se mostró con pocas ganas de acercarse, pero cuando el primero se acercó a preguntar el nombre, y luego otro y el de más allá, los más impresionados fueron perdiendo el “miedo” y terminamos todos conociendo a los abuelitos.
Lo que vimos y sentimos en esa oportunidad en el salón principal del hogar y los que entraron a las salas de cuidados a tener contacto con ancianos postrados, es de esas cosas que no se describe con la palabra ni puede ser encontrada en las expresiones de alguien en una foto. Queda en el recuerdo colectivo de la Familia-Grupo Santiago Amengual una experiencia que hace reflexionar sobre como son los últimos momentos de vida de muchos seres humanos. Que pasaron por muchas etapas y experiencias en la vida y que ahora la vida es la que por encima les pasa. ¡¿Quién merece eso?!

Opción 2 xd xd

A veces te hundes, caes
En tu agujero de silencio,
En tu abismo de cólera orgullosa,
Y apenas puedes
Volver, aún con jirones
De lo que hallaste
En la profundidad de tu existencia.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

;* al principio todo es tan fuerte, i luego es tan erriquecedor poder "hablar" con ellos, aunqe no les entiendas o no hablen ... gente tan sabia, seguramnete aun tieneen tanto qe entregarnos, i estan ahi, sin qe nada ni nadie los tome en cuenta... :/

Saludos, Grupo :)

Anónimo dijo...

me entusiasmó mucho la idea desde un principio, el entregar cosas que ellos no tienen..un minuto de felicidad, un poquito de cariño son cosas valorables y hermosas que hacen que el pecho se hinche y uno se sienta lleno...al estar ahí junto a ellos, a pesar de sentir emoción y una mezcla de rabia y pena, se comienza a tomar el verdadero peso de lo k significa poder acompañar a las personas hasta el ultimo momento y disfrutarlas aunque sea al final.